La amenaza latente que representan las políticas de Donald Trump, volvieron a golpear a México. Tras la advertencia realizada por el presidente norteamericano (imponer un 25% de aranceles a los productos mexicanos, si el flujo de inmigrantes no es detenido), el peso se desplomó y las alarmas se encendieron en varias industrias de todo el país. Y no es para menos, en total, el 73% de las exportaciones mexicanas van a parar a territorio norteamericano.
El comercio con el vecino del norte es tan grande, que representa más de un 20% del PIB (Producto Interno Bruto) de todo el país. Esto significa, que gran parte de los productos mexicanos sufrirían un duro golpe si la advertencia de Donald Trump se realiza.
El temor de un temblor económico es tal, que varias de las industrias automotrices, tecnológicas, manufactureras e incluso agrícolas, ya se han visto sacudidas. En este particular escenario, Michoacán sería uno de los más afectados debido a que la entidad exporta uno de los productos más populares en el territorio estadounidense; el aguacate.
Según estimaciones del Sistema de Consulta de Información Estadística para el País, el aguacate es el décimo producto con mayor exportación de todo México, con un valor de exportación mensual estimado en 1.8 millones de dólares. De concretarse la imposición de aranceles, la principal industria michoacana podría llegar a cubrir impuestos millonarios para continuar llegando a las cocinas norteamericanas.
Es momento de tomar medidas claras ante la amenaza que representa esta decisión para la economía mexicana. En el ámbito civil, la unión ciudadana es vital pese a los aciertos (a veces muy pocos) y desaciertos (a veces muchos) de la administración federal o la postura partidista de cada quién. En el ámbito gubernamental y empresarial, es necesario entender la necesidad diversificar los mercados de exportación y arriesgarse hacía la aventura de una económica mexicana más independiente.
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