Desde su victoria avasalladora el pasado 2 de junio, la presidenta electa, Claudia Sheinbaum Pardo, ha sido cuestionada sobre su margen de maniobra ante la figura de Andrés Manuel López Obrador (AMLO). De forma frecuente, periodistas y políticos ponen en tela de juicio la capacidad de la ex Jefa de Gobierno de la Ciudad de México para ejercer el poder frente a la sombra de su predecesor.
Muchos han sido los motivos que han causado estas especulaciones; sin embargo, luego de las diferentes reuniones y nombramientos que se han dado a nivel federal, todo parece indicar que la presidenta electa ha comenzado a ejercer el poder de una forma u otra.
El primer mensaje que se dio fue el desaire a Claudio X. González Laporte, quien fue relegado de la reunión con el resto de los empresarios con el pretexto de que se le atendería personalmente y, al final, la presidenta electa decidió no recibirlo. Si bien se podría decir que este fue un mensaje del actual mandatario, a la mañana siguiente, AMLO salió a rechazar el trato al empresario, por lo que, hasta donde se ha dado a entender públicamente, la decisión de mantenerlo a la espera y difundir su fotografía fue hecha por la presidenta electa y no por López Obrador.
El siguiente acto donde ha salido el músculo presidencial de Sheinbaum Pardo ha sido durante los nombramientos públicos que estarán vigentes durante el próximo sexenio. Es aquí donde se da el anuncio de Marcelo Ebrard como Secretario de Economía, un movimiento que no solo da protagonismo al ex contrincante morenista de la presidenta electa, sino que lo coloca en una posición de alineamiento total a los ejes económicos (uno de los ejes más importantes) del gobierno federal y lo hacen actor clave durante el periodo 2024-2030.
También, se expone su capacidad de decisión durante el conflicto partidista de Gerardo Fernández Noroña. El militante del Partido del Trabajo (PT), pero miembro frecuente del ala oficialista, ha hecho pública su inconformidad sobre las posiciones y el poder que le fueron dados a nivel federal. En este rubro, la posición de Claudia Sheinbaum fue protagonista, ya que la presidenta electa marcó la pauta pública que se habría de seguir y que tendría eco en la mañanera de AMLO. Esta pauta fue decir que Noroña simplemente no pertenece a Morena.
Si bien aún no ejerce el poder, se puede decir que la transición que se está realizando a nivel federal marcó el inicio del periodo de gobierno de Claudia Sheinbaum. Con esto, inició lo que se ha nombrado como el segundo piso de la Cuarta Transformación, que, aun con todos los cuestionamientos de ciertos sectores, sí tendrá una transición de poder institucional, pese a que se dé continuidad a ciertos ejes rectores.
En este sentido, queda claro que la visión de Sheinbaum no solo se limita a su administración, sino que busca integrar a diferentes actores políticos y económicos en un proyecto de nación cohesionado. Claudia Sheinbaum está sentando las bases para un liderazgo que tiene la intención de fortalecer y ampliar el alcance de las políticas de la llamada 4T. Así, la transición no solo se presenta como un cambio de mando, sino como una oportunidad para consolidar un proyecto nacional que sigue con pendientes por resolver.
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