Editorial: El tráfico en Uruapan sigue en aumento.

La reparación de las calles uruapenses es un tema que muchas administraciones municipales han intentado resolver. No es un secreto que el deteriorado estado de las vialidades en la Perla del Cupatitzio ha pasado factura a la ciudadanía al afectar directamente a sus carros y sus tiempos, incluso empresas tecnológicas como Uber, han visto entorpecidas sus operaciones dentro de la ciudad de Uruapan.

A este problema, también debemos sumarle la extraña planeación vehicular de la ciudad. La organización y distribución de varias calles uruapenses, parecen afectar más que ayudar al tráfico durante las horas con mayor flujo vehicular. Esta extraña planeación, se suma a la falta de comunicación que se ha presentado durante los últimos años entre el municipio y la ciudadanía, una falta de comunicación mutua, que va desde el cambio de nombres en avenidas, hasta las ampliaciones de banquetas en las zonas céntricas de la ciudad.

Por si esta falta de puentes no fuera suficiente, otro de los grandes retos a resolver es el crecimiento desmedido de la mancha vehícular en Uruapan. Tan solo del año 2010 al 2018, el número de vehículos incrementó más del 70% en el municipio, mientras que las políticas de transporte alternativo, como el uso ciclovías, siguen sin ser una opción real.

Ante problemas tan complejos como el transito peatonal y vehicular, es indispensable que tanto la autoridad municipal como diversos sectores de la ciudadanía, organicen prioridades para poder llegar acuerdos que beneficien a todos los uruapenses, sin embargo, hay que recordar que es responsabilidad de la autoridad local, tender estos puentes para que sean los uruapenses, quienes puedan comunicar sus puntos de vista y así evitar radicalizar su posición.

El primer gran paso para lograr mejorar el transito de los uruapenses por su ciudad, es mejorar la infraestructura, pero no es lo único que debe ser tomado en cuenta, si la autoridad municipal no conoce a profundidad la posición de todos los sectores y sus inconformidades, estará condenada a resolver conflictos que pudieron evitarse con mesas de diálogo o estudio. Por ahora, solo nos queda esperar que esto cambie en un futuro próximo.