El Parque Nacional Barranca del Cupatitzio es una de las áreas naturales protegidas más bellas de Michoacán. Es tan querido que los uruapenses lo consideran un símbolo de orgullo y un emblema de la región. Estas, son solo algunas curiosidades del famoso parque Eduardo Ruíz.
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Fue propiedad de la familia de Eduardo Ruíz
“La Quinta Ruiz” perteneció a la célebre familia Ruíz Álvarez durante varias generaciones. Formó parte de sus propiedades hasta que la hija del ilustre Eduardo Ruiz, la vendió a principios del siglo XX. Hoy en día, el parque Nacional lleva el nombre del famoso militar, político y escritor mexicano, rememorando así un legado familiar.
Nació un día de muertos
El estatus del Parque Nacional de Uruapan, como lo conocemos, nació un dos de noviembre del año 1938, justo durante la celebración del Día de Muertos. Desde ese entonces, el famoso parque Barranca del Cupatitzio se ha convertido en un emblema de la ciudad.
Lázaro Cárdenas del Río lo inauguró
El mismo presidente que declaró la expropiación petrolera, fue el responsable de dar al parque uruapense su estatus quo. Tras adquirir la propiedad recién ofertada la familia Ruíz, el presidente Lázaro Cárdenas inauguró el famoso parque nacional y lo elevó a área natural protegida.
Leyendas adornan sus callejones.
El misterio es otro de los ingredientes que hacen tan especial a este parque. Muchas leyendas rondan por los caminos de la barranca del Cupatitzio; desde la famosa leyenda de la “rodilla del diablo” hasta la que asegura que uno de los primeros veladores del parque sigue vigilando el lugar durante las noches.
Es más grande de lo que aparenta
El tamaño total del área protegida es de 471 hectáreas, sin embargo, sólo poco más de 19 corresponden a la zona recreativa, lugar donde se ubican las atracciones turísticas del parque. Se dice que en total, arropa a más de 89 plantas endémicas.
Perdió 40% del agua que lo alimenta
Así es, el río Cupatitzio, que nutre y da vida al parque, ha reducido 40% de su caudal en los últimos 30 años. Estas cifras alarmantes provienen de la propia Comisión Estatal de Agua y Gestión de Cuencas (CEAC). Si la sequía continúa a este ritmo, se espera que el “río que canta” termine de secarse en las próximas décadas.
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