Inicio » CULTURA » La instauración de los sexenios en México

La instauración de los sexenios en México

El 13 de octubre de 1933 marcó un punto de inflexión en la política mexicana con la instauración del sexenio presidencial, un sistema que sigue vigente y ha moldeado la forma de gobierno en México. Esta reforma constitucional no solo estableció que los presidentes gobernarían por un periodo de seis años sin posibilidad de reelección, sino que también sentó las bases de la estabilidad política moderna del país.

El contexto histórico: ¿Por qué seis años?

Antes de la reforma de 1933, el escenario político en México era volátil. La presidencia se caracterizaba por mandatos cortos e inestabilidad, con presidentes que rara vez completaban sus periodos. La Revolución Mexicana, que había derrocado a Porfirio Díaz, puso en primer plano el lema «Sufragio efectivo, no reelección», buscando evitar la concentración de poder en una sola persona.

Plutarco Elías Calles, líder del Partido Nacional Revolucionario (PNR), reconoció la necesidad de crear un sistema más sólido y estable. La reforma del 13 de octubre fue una respuesta a esto, alargando el mandato presidencial a seis años y eliminando la reelección. Con esta medida, el objetivo era ofrecer tiempo suficiente para implementar proyectos a largo plazo, sin permitir que un solo individuo se perpetuara en el poder.

Lázaro Cárdenas: el primer presidente con un sexenio

Lázaro Cárdenas del Río fue el primer presidente de México en gobernar bajo el nuevo sistema de sexenios, asumiendo el cargo en 1934 y finalizando en 1940. Durante su mandato, no solo aplicó el modelo de seis años sin reelección, sino que también consolidó importantes reformas que definieron el rumbo del país, como la expropiación petrolera en 1938 y la reforma agraria. Cárdenas marcó un precedente en la historia política de México al demostrar que el periodo de seis años podía ser suficiente para impulsar cambios profundos, sentando las bases para futuros mandatarios.

La reforma de 1933 permitió lograr estabilidad en el país.

Impacto en la estabilidad política

El sistema de sexenios cambió la dinámica política en México de manera profunda. Al impedir la reelección, se garantizó una rotación constante de líderes, lo que ayudó a reducir las disputas por el poder dentro del partido dominante. Además, otorgar seis años a cada presidente les permitió enfocarse en la gobernabilidad, en lugar de en las campañas de reelección, lo que derivó en una mayor continuidad en la ejecución de planes de gobierno.

Sin embargo, este sistema también consolidó el control del PNR, posteriormente conocido como el PRI, que se mantuvo en el poder de manera ininterrumpida durante más de siete décadas. A pesar de esto, el modelo de sexenios evitó que México experimentara los frecuentes golpes de Estado que ocurrieron en otros países de América Latina durante el siglo XX.

Desafíos y oportunidades en el México actual

La instauración del sexenio no solo representó una transformación política, sino que también planteó retos y oportunidades para el desarrollo del país. Hoy en día, el sistema sigue vigente y ha demostrado ser un pilar de la estabilidad mexicana, aunque no ha estado exento de críticas. La falta de alternancia política durante muchos años generó dudas sobre el verdadero alcance democrático de este modelo.

Actualmente, México se enfrenta a nuevos retos que surgen a partir de la evolución de este sistema. La consolidación del poder político y las mayorías legislativas en las cámaras sugieren una postura más nacionalista en el escenario internacional, lo que genera expectativas sobre el rumbo que tomará el país en los próximos años.

La estabilidad política que ofrece el sexenio puede ser una oportunidad para impulsar reformas profundas que beneficien a todas las regiones del país, siempre y cuando se logre un equilibrio entre la estabilidad interna y la apertura al comercio internacional.

El futuro de México bajo un sistema consolidado

El sistema de sexenios ha sido una parte fundamental de la historia política de México desde su instauración en 1933. Si bien ha enfrentado críticas y desafíos, ha proporcionado un marco de estabilidad que ha permitido la continuidad de proyectos a largo plazo y ha evitado la concentración de poder en una sola persona.

El reto para las administraciones actuales y futuras será aprovechar la estabilidad que ofrece este modelo para impulsar reformas que promuevan el desarrollo económico y social del país, sin comprometer la democracia ni los derechos de sus ciudadanos. La política exterior y la relación con países como Estados Unidos también serán clave en los próximos años, en un contexto global cada vez más incierto.

La instauración de los sexenios en México, un 13 de octubre de 1933, marcó el inicio de una nueva era política para el país, y su legado sigue siendo relevante en el México de hoy.

Comentarios